Tratamiento de carboxiterapia

La carboxiterapia es un tratamiento novedoso que ayuda a mejorar el aspecto de nuestro cuerpo. Consiste en la aplicación de dióxido de carbono bajo la piel, con unos efectos beneficiosos para nuestro organismo. Aunque se conoce desde hace más de medio siglo, es ahora cuando está utilizándose más en los tratamientos estéticos.

Al aplicar CO2 bajo la piel se liberan sustancias naturales como serotonina o histamina entre otras, que ayudan a estimular el organismo a través de un efecto vasodilatador y la oxigenación de los tejidos circundantes. Además, cuando el dióxido de carbono va pasando por el organismo elimina las células grasas y da más elasticidad a la piel. Este tratamiento es especial para acabar con la grasa localizada y algunos defectos estéticos como arrugas localizadas, estrías y celulitis. De esta manera, con un tratamiento que no es nada agresivo es posible conseguir una apariencia saludable a la vez que depuramos nuestro organismo.

Una de las principales ventajas de la carboxiterapia para los pacientes es que es un tratamiento que no requiere cirugía, anestesia y apenas presenta efectos secundarios. Por ello es uno de los que más demanda está teniendo en los últimos tiempos. Se aplica en sesiones cortas que pueden durar de 10 a 90 minutos, aunque dependerá de las áreas que quiera tratarse la persona en cada sesión y de la situación de cada uno. Lo normal es que los pacientes se den unas 20 sesiones de media hora cada una, aunque será el profesional estético el que decidirá, según el caso particular, la duración de este tratamiento.

La carboxiterapia es un buen método para mejorar nuestro aspecto físico, pero si se compagina con el ejercicio físico y una dieta saludable es posible obtener mejores resultados y que las mejoras recibidas con este tratamiento se mantengan durante más tiempo.

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